Fue en el gran bar Verlin, de Punilla, donde cerca de treinta extras vestidos de época dieron rienda suelta a la imaginación del músico Beby
Gustavo Gal
No entiendes algo a menos que seas capaz de explicárselo a tu abuela
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Fue en el gran bar Verlin, de Punilla, donde cerca de treinta extras vestidos de época dieron rienda suelta a la imaginación del músico Beby